ESTO ES LO
QUE SOMOS

CAMILO
BAPTISTE
& FERNANDO
SANTOS

En un sector que a menudo separa los resultados de lo humano, esta historia nace de una pregunta que se hicieron dos amigos hace más de 20 años: ¿Se puede construir una agencia sobre la base del bien común y, además, ser referente de la industria? La respuesta exigía dos perfiles: un ancla y un motor.
Fernando fue el ancla. Su visión era construir sobre cimientos sólidos: disciplina, responsabilidad y un crecimiento que incluyera a todos. Su meta no era solo la satisfacción personal, sino el bienestar colectivo como destino final.
Camilo fue el motor. Un apetito por el reto que lo llevó a saltar al vacío, de ejecutivo a empresario. Su combustible: la pasión por convertir eventos en hitos.
Esa dupla probó su creatividad muy pronto. Los logros que marcaron la historia de la agencia no fueron victorias aisladas, sino la consecuencia de una fórmula: la ambición de Camilo ejecutando la filosofía de Fernando. Han logrados ovaciones, reconocimiento y admiración por parte de grandes aliados.
Esa conversación inicial entre los fundadores nunca terminó. Hoy es la cultura de Lotengo: una agencia que entiende que la disciplina es el único camino a la verdadera gozadera. Un lugar donde se deja una huella de humanidad y conocimiento, precisamente porque se tiene el coraje de hacer historia.

LISETH
RONDÓN

Liseth, parte de una convicción: cumplir no es suficiente.
Un equipo se moviliza para dar sentido a los proyectos y como Directora de Cuentas en Lotengo, su rol no es solo gestionar, sino transformar propósitos en realidades.
Ese tren de talento se puso a prueba el día que asumió la dirección de la agencia. No fue un simple ascenso; fue el momento en que su liderazgo –innato– tuvo que extenderse más allá del área comercial para orquestar una compañía entera. El reto era mantener el motor de las ventas encendido mientras afinaba cada pieza de la organización. ¿El resultado? Dos años de crecimiento récord.
Para Liseth, haber realizado más de 100 lanzamientos, activaciones por dentro y fuera de Colombia, además de estrategias que rompen el grado 360, va más allá del negocio; significa entender a un cliente mejor que nadie. Esta disciplina, forjada mucho antes entre jornadas de estudio nocturnas y trabajo diurno, son la huella de una cultura; la calidad no es negociable, la palabra se cumple y cada persona cuenta. Porque como ella misma lo define, y como vive el equipo cada día: Cumplir no es suficiente, lo hacemos con intención y con alma.

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