Soy el único de mi grupo de amigos que trabaja en la industria de la creatividad. Cada vez que me reúno con ellos, me hacen la misma pregunta: – ¿Qué se necesita para trabajar en creatividad? Es una pregunta que al inicio no sabía como responder de manera corta y simple, me enredaba entre tantas palabras, que no terminaba diciendo nada.
Algunos años atrás escuché hablar sobre el “Sreet Data” por la peruana Cristina Quiñones, autora del libro Si no hay calle, no hay insight. Este concepto hablaba sobre la creatividad que nace en un escritorio y su poca efectividad al momento de retar al consumidor, el medio y la marca desde un entorno real.
Esta tesis logró hacerme entender que no era el único que sentía que para trabajar en creatividad se necesita barrio, calle, contacto con las personas y sobretodo de observación.
La cultura es un camino muy poderoso para conectar con las personas. Este campo no se puede escavar solo con data e investigación, se necesita vivirla para entenderla. La agencia necesitas más creativos que desayunen en panadería, monten en bus y pidan “ñapa”.
La próxima vez que me pregunten, ¿Qué se necesita para trabajar en creatividad? Responderé: – Lo único que se necesita es, sentido común, observación y pasión.